Yo soy la lengua, bueno, eso es lo que asumo que soy. Vivo la poca vida que tengo encerrado en esta jaula que constantemente se inunda, y el olor, odio el olor. Aunque una vez cada cierto tiempo entra algo por el portal enfrente de mí. Esta cosa parece limpiar el entorno de mi cueva.
Tan solo, tan triste, lo único que espero es que este portal que veo me traiga algo interesante, aparte de ese cepillo y la comida, que me pone tan sensible.
Recuerdo una vez, un día tan normal. Pero había algo diferente, este portal parpadeaba, pero lo vi, había alguien como yo!
Se acercaba, esos momentos antes de el encuentro se están borrando lentamente de mi memoria, así que explicarlo es un desafío, pero tratare. Mientras se acercaba, sentí una fuerza que me movió, yo no era, y me di cuenta por la expresión de la otra lengua que ella no quería tampoco. Hubo contacto, sentí que todo me temblaba, todo me daba cosquillas, no abrazamos. Pero aunque no habíamos querido abrazarnos, ya en el calor del momento, se sintió tan bien.
Fue triste cuando nos tuvimos que separar, pero ansío verla otra vez.
